lunes, 9 de abril de 2007

Fantasmas de Japón

Impresionante, acuérdense de mí en la noche...



martes, 3 de abril de 2007

Niña fantasma

Un caso que pasó en México, supuestamente este presentador trata de probar en su programa que lo paranormal no existe, pero en este caso, se llevó un pequeño susto...






...Aunque da gracia ver cómo el tipo corre, no me gustaría estar en su lugar... ¿o sí?

El extraño ser en mi casa

Cuando nací era muy enfermizo. Mi madre y mi abuela me encomendaron a todo lo que se les ocurrió para protegerme. El Nazareno de San Pablo, y las Ánimas Benditas del Purgatorio, entre otras cosas. Con éstas últimas tuve varios incidentes que me marcaron.

Fui el último hijo de cuatro hermanos, y me la pasaba las tardes solo en la casa, haciendo las tareas, jugando videojuegos o dibujando, pero siempre tuve la impresión, de que alguien asomaba la cabeza por el marco de la puerta, observándome detenidamente. Siempre volteaba e incluso la perseguía para ver de qué o quién se trataba. Sólo llegué a notar que tenía los ojos circulares y grandes, una sonrisa burlona, piel muy blanca y pálida y cabellos negros. Parecía que quería decirme algo o tocarme.

Mi abuela se quedaba en vacaciones en la casa y con la confianza que le tuve, le comenté los incidentes que me pasaban a diario con este ser. Ella me dio una estampita de las Ánimas Benditas del Purgatorio y después de rezar juntos, me indicó que la pegara en la puerta. "Así nunca te hará nada". Efectivamente nunca más voltee porque sentía una presencia, pero sí escuchaba ruidos raros en la madrugada en la casa. Una noche, entre dormido y despierto pude verla de nuevo, y empezó a perseguirme por todo mi hogar, trataba de agarrarme, de hacerme daño, pero no me podía dar alcance. Al final, salté detrás de un mueble, y esa cosa se quedó petrificada. Sin mover la boca pero con un ruido espantoso pude escuchar:

-No, a ti no te puedo tocar , -me indicó, -Te me escapaste vivo.

Hasta el día de hoy se pueden sentir los ruidos en la madrugada, como si movieran las cosas, o buscaran algo en los trastos de la cocina. Y si afinas el oído, puedes escuchar como un pequeño lamento, llamándote, quejándose.